El email marketing tiene sus orígenes en el año 1978 y se enmarca en la rama del marketing directo.
A pesar de tener un largo recorrido, es un canal que no ha perdido en absoluto su eficacia.
Está relativamente extendida la idea de que el email marketing consiste en enviar Newsletters. Esto es una simplificación alejada (¡muy alejada!) de la realidad.
El email marketing es una de las opciones más eficaces para generar una auténtica relación con nuestros clientes. Es, de hecho, de las más rentables: te permitirá conocer mejor que nadie a tu cliente.
Por ello, es importante tener presentes unas pautas básicas antes de lanzarse a poner en marcha acciones.
¿Qué es el email marketing?
Esta estrategia de comunicación digital consiste en enviar correos electrónicos a una base de datos que, previamente, nos ha dado su consentimiento para enviarle emails. Es muy comúnmente utilizada en campañas de inbound marketing.
En la base del email marketing está que los contenidos que enviemos deben ser relevantes, de valor y personalizados a los intereses del usuario.
Ten en cuenta que un usuario, de media, recibe más de 20 correos electrónicos al día (en torno a los 140 a la semana).
La pregunta del millón aquí es: ¿Cómo nos desmarcamos de los demás para que nos lean y atiendan a nosotros?
Nada es imposible, y menos en el marketing, sin embargo, sin una estrategia y un objetivo claro, no marcarás la diferencia y serás catalogado como spam.
Se trata de conocer y estudiar sus gustos para ofrecerle contenido agradable y de utilidad. De ayudarles a conseguir sus objetivos y de centrar las comunicaciones en tus clientes, y no en tu negocio.
¿Cómo implantar una estrategia de email marketing en mi empresa o negocio?
Los más importante a la hora de poner en marcha nuestras campañas es que: los correos sean abiertos, sean leídos, y sobretodo… ¡que no acaben en SPAM!
Para lograr hacer campañas altamente efectivas tendremos que tener en cuenta una serie de factores básicos pero importantes.
Vamos a ello:
Audiencia: ¿A quién nos queremos dirigir?
Definir la audiencia es importante para poder confeccionar contenido de interés. Cuantas más probabilidades de apertura y lectura tengamos, más alta será la probabilidad de que nuestro correo sea leído de cabo a rabo.
Objetivo: ¿Qué queremos conseguir?
Escribir está bien, pero ¿qué queremos? Mejorar nuestro posicionamiento como empresa, mantener el contacto para atajar por comercial, detectar intereses, o directamente convertir.
Nos toca plantear el objetivo de nuestras campañas de email marketing por separado. Tengamos en cuenta que para aumentar las probabilidades de éxito de cada campaña, el objetivo de cada una ha de ser diferente.
Suscripciones: ¿Cómo van a poder suscribirse a los contenidos los usuarios?
Siempre pensamos en el típico formulario de 1 campo de “Suscríbete a nuestra newsletter”. Sin embargo, podemos hacerlo de muchas otras formas: desde un webinar, un evento, contactos por Linkedin…
Regularidad: ¿Cada cuánto tiempo enviaremos contenidos?
No podemos atosigar a nuestros suscriptores, pero tampoco perder el contacto con ellos. Esta seguramente sea una de las partes más lógicas del proceso.
Lo mejor es hacernos la pregunta a nosotros mismos de ¿Cada cuánto recibo emails de esa persona/organización que tanto me interesa y no llega a cansarme?
No hemos de tener miedo a enviar correos con cierta regularidad.
¡Pensemos que las personas que se han suscrito a nuestro sistema de emailing lo han hecho voluntariamente porque les interesa de lo que hablamos!
Contenidos: ¿Qué tipo de contenidos enviaremos a la audiencia definida? ¿Artículos del blog, webinars, recursos descargables…?
Contemplar este apartado nos permitirá organizarnos y ser mucho más eficientes a la hora de priorizar.
Cada tipo de contenido conlleva distintos tiempos de confección y de gestión: no es lo mismo hacer un webinar que un artículo de blog.
Calendarizar los contenidos: ¿Siempre enviaremos el mismo tipo de contenido con la misma regularidad?
La riqueza está en la variedad, y la fidelización también. Que seamos un aporte de información de valor constante nos convierte en un remitente de calidad para nuestros suscriptores.
¡Esperarán nuestra llegada como la de Santa Claus!
Evaluar los resultados: Extraer, evaluar, concluir y mejorar.
Un proceso constante que nos permitirá mejorar tanto nuestra estrategia como conocer la mejor metodología para llegar a nuestros clientes.
Automatización y workflows del email marketing
Una vez definida la estrategia, en muchos casos es importante poder enviar respuestas automáticas, pero altamente personalizadas.
EJEMPLO de automatización de email marketing:
Por ejemplo, si alguien se ha descargado un recurso que has ofrecido (pongamos, por ejemplo, un webinar) poder enviarle de forma directa un agradecimiento por la descarga y una encuesta de opinión. Y todo ello, sin necesidad de nada más que de configurarlo una sola vez.
Si hemos hecho una buena segmentación de nuestra audiencia y base de datos, esto no debería suponer un problema. Simplemente, deberemos definir el flujo de los usuarios para definir las respuestas que queremos que reciban.
¿Qué es un workflow?
Se trata básicamente de la inclusión o exclusión de usuarios de una lista de difusión de emails de forma automática. Es decir, elaboraremos unas pautas para las que un usuario deba unirse a un tipo de envíos y contenidos.
Por ejemplo, si un usuario se descarga un folleto de un servicio, podremos enviarle otro tipo de contenido o añadirle a la lista de usuarios que van más avanzados en su intención de compra.
Sin embargo, si no ejecutamos bien esta técnica de marketing, podría tener el efecto contrario y ser tachados como spam.
De la misma forma, estableceremos las pautas por las que un usuario debería ser excluido de las mismas.
Para automatizar nuestra estrategia de email marketing y de workflows necesitaremos una herramienta especializada en ello.
Si quieres más información acerca de esta magnifica herramienta, ponte en contacto con nosotros para solicitar más información.